En los jardines de la esperanza
donde florecen sueños sin fin,
una brisa cruel y fría,
trae verdades que te hacen sentir.
Promesas pintadas con luces de colores,
se desvanecen en fugaces sombras,
estrellas olvidadas en la noche,
oscuridad infinita.
El amor, radiante y puro,
se convierte en un ocaso gris,
y el corazón, ya cansado y marchito
se halla roto, mustio.
Ya no hay fuerza tras el desengaño,
solo lágrimas y tristeza,
ya no hay alma que resucite,
ni besos que despierten a la princesa.
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