Traductor

martes, 7 de mayo de 2024

LA CUERDA

 Me fueron tejiendo entre sus manos, hebra a hebra, con dulzura. Sus suaves dedos me acariciaban mientras me iba formando en una cuerda larga y robusta, nacida del esparto. Cuando estuve terminada, me colgaron bien doblada sobre un clavo y ahí, reposaba cada vez que terminaba mis tareas.

Tuve diferentes usos en mi vida útil. Mis dueños se amarraban conmigo para bajar al pozo y limpiarlo, se sentían seguros, sabían que no les dejaría caer, en esos momentos éramos solo uno. Después, con suavidad, me iban enrollando y me devolvían a mi rincón, sobre el clavo, hasta un próximo uso. Confiaban en mí.

Por el tiempo vinieron los niños, ellos ya no eran tan cuidadosos, aunque sus padres les reñían cuando no me dejaban correctamente colgada, pero eran niños. Jugábamos a saltarme, me llevaban a la montaña, se amarraban y a volar. Yo, como buena protectora, aguantaba todos los envites cuando nos lanzábamos al vacío, aunque alguna de mis hebras ya empezara a romperse, ellos eran lo primordial, el dolor que pudiera sentir, no podía demostrarlo. Yo, era una cuerda robusta y fuerte, a la que todos querían.

El tiempo ha ido transcurriendo, mis hebras con tanto uso se han ido desgastando y ya estoy bastante deshilachada, incluso en algunos tramos, casi rota. Hoy, me han recogido del suelo del garaje, donde estaba dentro de una caja por ahí tirada. Han querido jugar al tira y afloja. Sus risas me han llenado de vida, pero en un momento dado he tenido que empezar a gritar, ¡por favor, parad, parad, me estoy rompiendo!, y no me han escuchado. Han seguido con sus risas, envites y al final, en un último suspiro, me he roto. Todos han caído al suelo, las carcajadas han llenado el ambiente, pero mi dolor ya era tan grande, que las he escuchado como un eco, a lo lejos.

Me han dejado ahí, sobre la hierba húmeda y han salido corriendo, sin dejar de reír. Han ido pasando las horas y nadie ha vuelto a recogerme, sigo aquí, sobre la hierba. Ha refrescado y empieza a llover, tengo frío, estoy rota y sola.


2 comentarios:

  1. Me gusta la metáfora de cómo los padres la cuidaban y los hijos no tanto, un reflejo de la sociedad actual.👏👏

    ResponderEliminar